Sólo una vez. Sólo una vez supe para qué servía la vida. En Boston, de repente, lo entendí; caminé junto al río Charles, observé las luces mimetizándose, todas de neón, luces estroboscópicas, abriendo sus bocas como cantantes de ópera; conté… Leer más ›
poemas
Canción de invierno. Juan Ramón Jiménez.
Canción de invierno Cantan. Cantan. ¿Dónde cantan los pájaros que cantan? Ha llovido. Aún las ramas están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan los pájaros. ¿En dónde cantan los pájaros que cantan? No tengo pájaros en jaulas. No hay niños que… Leer más ›
En la tierra de nadie. Carmen Conde.
En la tierra de nadie En la tierra de nadie, sobre el polvo que pisan los que van y los que vienen, he plantado mi tienda sin amparo y contemplo si van como si vuelven. Unos dicen que soy de… Leer más ›
No tires las cartas de amor. Joan Margarit.
Ellas no te abandonarán.El tiempo pasará, se borrará el deseo-esta flecha de sombra-y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.Caerán los años. Te cansarán los libros.Descenderás aún máse, incluso, perderás la poesía.El ruido… Leer más ›
Me basta así. Ángel González.
Si yo fuese Diosy tuviese el secreto,haría un ser exacto a ti;lo probaría(a la manera de los panaderoscuando prueban el pan, es decir:con la boca),y si ese sabor fueseigual al tuyo, o seatu mismo olor, y tu manerade sonreír,y de… Leer más ›
Esperando morir. Anne Sexton.
Esperando morir Ahora que lo preguntas, no recuerdo muchos días. Camino metida en un sobre sin sellos postales para este viaje. Es así, que como una lujuria innombrable, soy devuelta. Aun entonces, no tengo nada contra la vida. Conozco bien… Leer más ›
Un Sueño de Hermann Hesse.
Un sueño Salones que cruzamos con timidez, un centenar de rostros que desconocemos… Con lentitud, una tras otra, las luces palidecen. Allí cuando su brillo se hace gris cuando se ciega con el atardecer, un rostro me parece familiar, la… Leer más ›
Se equivocó la paloma. Rafael Alberti.
Se equivocó la paloma ¿Se equivocó la paloma, se equivocaba. Por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era el agua. Creyó que el mar era el cielo que la noche la mañana. Que las estrellas rocío,… Leer más ›
Qué tengo yo que mi amistad procuras. Lope de Vega.
Qué tengo yo que mi amistad procuras ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta cubierto de rocío pasas las noches del invierno escuras? ¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,… Leer más ›
Nota biográfica. Gloria Fuertes.
Nota biográfica Gloria Fuertes nació en Madrid a los dos días de edad, pues fue muy laborioso el parto de mi madre que si se descuida muere por vivirme. A los tres años ya sabía leer y a los seis… Leer más ›
Serán ceniza. José Ángel Valente.
Serán ceniza… Cruzo un desierto y su secreta desolación sin nombre. El corazón tiene la sequedad de la piedra y los estallidos nocturnos de su materia o de su nada. Hay una luz remota, sin embargo, y sé que no… Leer más ›
Hijas del viento. Alejandra Pizarnik.
Hijas del viento. Han venido. Invaden la sangre. Huelen a plumas, a carencia, a llanto. Pero tú alimentas al miedo y a la soledad como a dos animales pequeños perdidos en el desierto. Han venido a incendiar la edad del… Leer más ›
No volveré a ser joven. Jaime Gil de Biedma.
No volveré a ser joven. Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante. Dejar huella quería y marcharme entre aplausos -envejecer, morir, eran… Leer más ›
Ciudad del Paraíso. Vicente Aleixandre.
Ciudad del Paraíso. A mi ciudad de Málaga Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos. Colgada del imponente monte, apenas detenida en tu vertical caída a las ondas azules, pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas,… Leer más ›
Tú me quieres blanca. Alfonsina Storni.
Tú me quieres blanca Tú me quieres alba, Me quieres de espumas, Me quieres de nácar. Que sea azucena Sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada Ni un rayo de luna Filtrado me haya. Ni una margarita Se… Leer más ›