Kafka: “Amo la existencia que tú me otorgas”.

No son justos aquellos que suponen a un Kafka siempre sufrido y en penumbras. El hombre tuvo sus momentos de alegría, risas, deseos y placer. Con no poca frecuencia practicaba natación, hacía gimnasia, remaba, trabajaba y tomaba sol desnudo en el jardín de su casa: el nudismo como filosofía de vida, al igual que la opción vegetariana en las comidas, era una de sus aficiones; de tanto en tanto, además, frecuentaba las tabernas de Praga, donde bebía y dialogaba con almas perdidas como la suya. Fue quizá para compensar los excesos (que incluían visitas reiteradas a los prostíbulos de la ciudad) que con el tiempo se hizo naturista. En un pie de página de los diarios compilados por su amigo Max Brod cuenta que Kafka siempre mostró interés por la terapia natural: «Siguió todas sus derivaciones: la comida cruda y vegetariana, el nudismo, la gimnasia y la antivacunación«. 

Además Kafka fue un hombre enamorado. Alrededor de dos años duró la relación fraternal y amorosa entre Franz Kafka y Milena Jesenská. Pero salvo unos pocos encuentros esporádicos en Viena, el vínculo se desarrolló básicamente por vía epistolar. Los fragmentos que se reproducen a continuación forman parte de una nueva e inminente reedición por Editorial Losada de “Cartas a Milena. En esos mensajes aparece con frecuencia un Kafka enamorado y por momentos exultante, pleno de energía:


«Sólo en sueños soy tortuoso. Es tan lindo haber recibido tu carta y tener que responderla con este cerebro insomne. No sé qué escribir. Me limito a vagar entre las líneas, a la luz de tus ojos, en el aliento de tu boca, como en un bello día de felicidad».

«No sé cómo abarcar toda esta dicha en palabras, ojos, manos y este corazón. No sé cómo abarcar la felicidad de tenerte aquí, la alegría de que me pertenezcas. No solo te amo a ti. Es más lo que amo: amo la existencia que tú me otorgas».

«Yo te quiero como el mar desea a un diminuto guijarro hundido en sus profundidades. De igual manera te envuelve mi amor. Y ojalá yo sea para ti ese guijarro. Amo al mundo entero y a ese mundo pertenecen también tus hombros y tu rostro sobre mí en el bosque y ese descansar mío sobre tu pecho casi desnudo». 

«Qué fácil será la vida cuando estemos juntos. Entiéndeme bien y sigue siendo buena conmigo. Antes de conocerte creía no poder soportar la vida, no poder soportar a los hombres Y eso me avergonzaba. Pero tú Milena me confirmas ahora que no era la vida lo que me parecía insoportable. Hoy me bastan unas pocas líneas tuyas, dos líneas, una sola palabra. Lo único cierto es que lejos de ti no puedo vivir. No deseo otra cosa que hundir mi rostro en tu regazo, sentir tu mano sobre mi cabeza y permanecer así hasta la eternidad».

© Franz Kafka, «Cartas a Milena», Editorial Losada, Buenos Aires.

Fuente │La sonrisa de Kafka – Un bello día de felicidad. ADNCultura – lanacion.com

En Algún día: Franz Kafka.



Categorías:Andanzas

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4 respuestas

  1. Me encantó este artículo. Puse en «Dietario» la referencia y la leí más de cinco veces. Y «Un bello dia de felicidad» es también excelente.

  2. Saludos desde mi rinconcito…Veo que hoy has decidido dedicarle tu entrada a mi respetado Kafka. Yo he de reconocer que desde hace algunos años me interesaba leer la Metamorfosis y tuve mis más y mis menos con la obra. Porque la empecé en dos veces y no había manera de continuar (creo que era demasiado joven para adentrarme en ese IMponente libro)…Pero pasado un tiempo decidí volver a rescatarlo de la repisa y adentrarme en el universo Kafkiano. Y esta vez si, pude disfrutar de la obra y acabarla, además me entusiasmaba más y más cada página que leía, sin lugar a dudas, me hizo reflexionar y plantearme muchas situaciones. Desde entonces, Kafka está entre mis escritores más respetados y valorados. te felicito por elegir a este autor el día de hoy.

    Hasta pronto…

  3. Totalmente de acuerdo contigo, Magda. Es muy bueno. Incluí «La sonrisa de Kafka» en los «Culturales» de ayer, pero no me he podido resistir a dedicarle hoy una entrada para él solito. Me fascina el universo de Kafka.
    Saludos,

  4. Hace unos meses una de mis mejores amigas me regaló una compilación de cartas de Kafka, en las que se mencionaba el lado, prácticamente el lado que «casi todos» conocíamos de él, en verdad esta entrada me ha iluminado, sabiendo que dentro del peor tormento como sufrimiento se puede amar y ser feliz, y cómo las palabras pueden dar tanto.

    Muy linda entrada!!!

    Has leído «El Castillo», aparte de «El Proceso» son las obras que más me han gustado…

    Un beso.

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