“La imagen del cartel de la 12ª edición del Festival de Cine de Málaga es la imagen del mayor icono de esta ciudad, Pablo Ruiz Picasso. Los ojos de Málaga. Un cartel que se impregna del genio de Picasso y que integra a la perfección el espíritu artístico del Festival. Trata de unir los conceptos de Málaga y el Festival a través de la figura de Picasso. La realización de este cartel ha contado con la colaboración de la Fundación Picasso-Casa Natal.
La fotografía es obra del fotógrafo español de origen húngaro, Juan Gyenes. Gyenes fotografió a Ava Gadner, Joan Miró, Salvador Dalí, Ingrid Bergman, Marlene Dietrich y a otras muchas personalidades durante su carrera, como las muchas fotografías que tomó a Pablo Ruiz Picasso desde 1953 a 1990, tanto en su entorno personal e íntimo, como en el picassiano, es decir, en el ámbito de trabajo del pintor.
Sin duda, se trata de un documento artístico e histórico que por sí solo remite a Málaga, pero que además el equipo de diseño del Festival, en concreto, Pamela Del Valle, ha sabido integrar en el cartel de esta edición”.
El cartel está disponible en: http://www.festivaldemalaga.com/
Una reflexión de Agustín Rivera:
En Málaga todo es Picasso. Hay un Museo. Una Fundación-Casa Natal. Una estatua (en su Plaza). Un Paseo Marítimo. Unos Jardines. Un Colegio. Un Instituto (¿Pronto Universidad Picasso?). Hasta una Autoescuela. Ahora también el Festival de Cine. Picasso reina en el cartel de la 12 edición. Casi mejor que la ciudad se llame Picasso-Málaga. Como Vélez-Málaga.
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Pero Picasso, a aparte de haber nacido en Málaga, no tiene nada que ver con Málaga ni la ciudad tuvo influencia alguna en su desarrollo como artista. Después la Junta compró una colección de arte a base de talonario a la empresa famila Picasso, y ahora pone la foto del pobre hombre en un cartel sin que Picasso tenga relación alguna con el festival ni con la termática que trata. Todo un alarde de provincialismo que raya en lo grotesco y, además, una manipulación burda y facilona de la memoria y la herencia artística de Picasso, convertida en mera mercancía o reclamo turístico de una cultura que Málaga no tiene. Mejor harían los politiquillos en ser más honestos y mostrar con humildad algunas cosas de málaga que son interesantes y, sobre todo, crear un clima cultural adecuado para que los Picassos malagueños del mañana no tengan que poner tierra por medio. (o los Ruiz, porque en realidad el que optó por irse para desarrollarse artísticamente fue su padre).
Después de haber malgastado el dinero de los malagueños en aquella bazofia de david delfín que, además de horrorosa, era una copia exacta de otro de sus «diseños» perpetrados, ahora el ayuntamiento nos viene con que hay que ser auteros y no «gastar» el dinero pagando a un diseñador gráfico de verdad. Manda.