Cuando hube terminado de leer, se me ocurrió que algunas semanas antes había escrito una noche una poesía un tanto singular que también trataba del lobo estepario. Estuve buscándola en el torbellino de mi revuelta mesa de escritorio, la encontré y leí.
Yo voy, lobo estepario, trotando
por el mundo de nieve cubierto;
del abedul sale un cuervo volando,
y no cruzan ni liebres ni corzas el campo desierto.
Me enamora una corza ligera,
en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso;
con mis dientes y zarpas de fiera
destrozara su cuerpo sabroso.
Y volviera mi afán a mi amada,
en sus muslos mordiendo la carne blanquísima
y saciando mi sed en su sangre por mi derramada,
para aullar luego solo en la noche tristísima.
Una liebre bastara también a mi anhelo;
dulce sabe su carne en la noche callada y oscura.
¡Ay! ¿Por qué me abandona en letal desconsuelo
de la vida la parte más noble y más pura?
Vetas grises adquiere mi rabo peludo;
voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres;
hace tiempo que ya estoy sin hogar y viudo
y que troto y que sueno con corzas y liebres
que mi triste destino me ahuyenta y espanta.
Oigo al aire soplar en la noche de invierno,
hundo en nieve mi ardiente garganta,
y así voy llevando mi mísera alma al infierno.
© El lobo Estepario. Hermann Hesse.
Hermann Hesse añade una advertencia en el título…»sólo para locos«…
El lobo estepario es la antinomia viviente. La contradicción encarnada…el absurdo por antonomasia. Hermann Hesse, autor de Damian y Siddartha, de poemas enmarañados, fue un hombre de una vida esteparia…suizo-alemán, alcanzó a vivir sobre los ochenta años, fue premio Nobel en el 1946. Procedía de una familia protestante de observación estricta lo que habría de influir, como es natural, poderosamente en su personalidad.
Muy espiritual, muy centrado en sí mismo. Su amor por la música le sirve para purificar su sentido estético. Su esposa enloquece, ve mermado su patrimonio, su propia neurosis le produce hondos y constantes sufrimientos, y todo como prólogo vital a este lobo estepario, su obra más profunda, más humana, más angustiante. Hesse parte de una realidad, objetiva y subjetiva a la vez, que aprendió sobretodo en Nietzsche, pero también en Goethe, Sartre, Lesing, Jacobi, Novalia, Dostoiewski….y la fe que de pequeño le inculcaron sus padres.
Sólo un proceso interior conflictivo y persistente lo induce a escribir este lobo estepario, que es él, que es toda la humanidad. No hay alternativa, somos dos en uno….»Dos almas viven en mi pecho – exclama Hesse. La humana y la lobuna. De la primera emana la luz de la segunda las tinieblas más cerradas. Doble moral, hipocresía, falsedad…. ¡no! Es que así somos, es que así vamos por el mundo en permanente maridaje el odio y el amor, la sinceridad y la mentira. Pero hay conflicto”.
Esos pensamientos de odio, destrucción y muerte que, como relámpagos, cruzan por nuestra mente contra el otro o la otra, y las apartamos con la misma velocidad con que llegan…ese odio reprimido, y a veces ni tan veladas invectivas… Es el lobo, al que no podemos dar rienda suelta, porque si todos hiciéramos igual y dejáramos al estepario obrar a su capricho y antojo… ¿Que sería hoy del género humano?…
Categorías:Fragmentos literarios, Poesía
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