GOGO: una mujer normal adicta a bailar
Ana Harcha Cortés (Pitrufquén, Chile, 1976)
Publicado en: Dado Roto. Número 3. Edición Septiembre – Diciembre de 2008.
«Ver la televisión es como ser víctima de una violación múltiple…
No quiero que mi vida se parezca a un anuncio.
No quiero que mi piel se parezca a la piel que aparece en el anuncio.
No quiero vestirme como se viste la chica del anuncio.
No quiero sonreír como sonríe la chica del anuncio.
No quiero mirar con ojos de misterio felino como lo hace la chica del anuncio.
No quiero estirar los labios como si estuviera a punto de dar un beso, como lo hace la chica del anuncio aunque sólo esté a cinco centímetros de darle una mordida a una patata frita.
No quiero las tetas de la chica del anuncio y menos aún mostrar las tetas como las muestra la chica del anuncio.
Tampoco quiero las largas piernas de la chica del anuncio.
No quiero pintar mis uñas como la chica del anuncio. Quiero morder mis uñas hasta ver que de sus orillas salen gotitas de sangre. Hasta sentir cuánto me duele que mis dedos sangren.
No quiero llevar los tacones de la chica del anuncio.
No quiero llevar zapatos que aprieten mis pies como los zapatos de la chica del anuncio.
No quiero el coche de la chica del anuncio.
Ni la comida, ni la casa, ni la piscina, ni menos aún los amigos de la chica del anuncio. No quiero que mis amigos se parezcan a los amigos de la chica del anuncio. No quiero a mis amigos sonriéndome siempre, con cara de felicidad y el pelo engominado, o mirándome como si no pudieran evitar darme un mordisco en el momento menos esperado. Como si fuera irresistible. No quiero ser irresistible. No necesito ser deseada por nadie. Ni siquiera por mis amigos. No quiero a mis amigos depilados y tostados por el sol.
No quiero las preocupaciones de la chica del anuncio.
Y menos aún quiero que mis crías se parezcan a las crías de la chica del anuncio. No quiero crías que se parezcan a nada porque no quiero crías de ningún tipo. Ni mías, ni de anuncio.
No quiero parir crías, no quiero traer una sola cría más a este mundo. Quiero acabar con el milagro de la vida. Basta de crías, sobran crías. Hijas perro, hijos perro, crías vivas, crías muertas. Andan por ahí, tiradas, degolladas, violadas, mutiladas, explotadas. No es realmente necesario meter una sola más al escenario. Nacen y nacen y nacen y no arreglan nada. Nada de nada, porque están condenadas, porque son crías perro. No nacerá la nueva cría perro Che Guevara, ni la nueva cría perro Jesucristo, ni la nueva cría perro Gandhi, y en caso de hacerlo ¿qué?… ¿a ver?… ¿qué? Yo no daré a luz a ninguna cría perra mesías. Yo no daré a luz nada más que unas crías perro. Las daré a luz, pero no las dejaré ver la luz. Y después lloraré durante horas, días, años y siglos, sobre sus cuerpos reventados. Y escribiré libros sobre su muerte, tomaré fotografías, haré documentales y películas, con mis ojos chorreando ríos de lágrimas, ríos de lágrimas, ríos de dolor, gritos, espanto y lágrimas. De cocodrilo.
Y quiero que me quieran así. No tengo la más mínima intención de corregir un solo centímetro de mi cuerpo. Mi cabeza — así como está — es como me gusta que esté. No quiero que me quieran si el quererme implica que tengo que lamerles el suelo hasta vomitar.
Si el quererme implica palmaditas en la espalda. Si el quererme implica sonrisitas de Mefisto. Si el quererme implica pasarles el hoyo para que me metan por ahí todo el paisaje de la actualidad.
Quiero monstrificarme con cabeza de cerdo y cuerpo de león, con cabeza de hiena y cuerpo de avestruz, con cabeza de tiburón y cuerpo de elefante, con cabeza de oso furioso y cuerpo de perro faldero, con cabeza de buitre y cuerpo de lobo.
Naturalmente monstruosa.
Genéticamente monstruosa.
Universalmente monstruosa.
Quiero así, decirles que todo va bien.
Que todo va muy bien.
Que todo va cada vez mejor.
Insistirles. Repetirles. Reiterarles. PUNCH Todo va bien, todo va muy bien todo va cada vez mejor.
Insistirles. Repetirles. Reiterarles. PUNCH PUNCH Todo va bien, todo va muy bien, todo va cada vez mejor.
Insistirles. Repetirles. Reiterarles. PUNCH PUNCH PUNCH Todo va bien todo va muy bien todo va cada vez mejor.
Gogo hará lo que quiera. Lo importante es que cante y baile una coreografía de todo va bien, todo va muy bien, todo va cada vez mejor, electro industrial. Lo importante es que asistamos al deterioro de su cuerpo a través de la repetición, reiteración y deterioro de la acción física. Lo importante es que esté totalmente poseída por la energía y la furia de que todo va muy bien.
No quiero que mi vida se parezca a un anuncio.
Ni de Channel.
Ni de Heineken.
Ni de Nestlé.
Ni de Greenpeace.
Ni de la National Geographic.
Quiero que mi vida se parezca a mi vida.
Yo soy
mi deseo».
Ana Harcha Cortés (Pitrufquén, 1976). Es dramaturga y directora teatral egresada de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha participado en los talleres impartidos por Benjamín Galemiri, Juan Radrigán, y Marco Antonio de la Parra. Es autora de “Tango” (1998), “Perro! Seguida de Lulú” (1999, Premio Mejor Dramaturgia y Mejor Montaje en el Primer Festival de Teatro en Pequeño Formato), “Ah, sí, sí, no sé, mejor no, ja, ja, ja (link PDF)” (2000) y “Asado” (2004).
Junto a Francisca Bernardi escribieron y dirigieron la obra “Zinder” que fue estrenada en mayo de 2002 y que obtuvo el Premio Altazor 2003 a la Mejor Dramaturgia. Ese mismo año, y también junto a Bernardi, dirigió la obra “Norway. Today” de Igor Bauersima.
Ha impartido la docencia en las universidades Uniacc, Finis Terrae, Católica y del Desarrollo. En la actualidad reside temporalmente en Valencia, donde realiza el Doctorado en «Teatro y Literatura Española, Latinoamericana y Portuguesa y Teoría Literaria» de la Universidad de Valencia, (España); para el cual ha obtenido la beca MAEC- AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional-Ministerio de Asuntos Exteriores).
Categorías:Fragmentos literarios, Pareceres
Estimados amigos y amigas,
necesito contactar a Ana Harcha por un festival de dramaturgia que estamos haciendo en Ecuador. Ustedes pueden darme una mano?
Saludos,
ROberto Sánchez