Quedarme en casa,
sumergida en los pliegues de las horas,
y no esperar a nadie.
Que los ojos escuchen
y se olviden del mundo.
Que me arrope el silencio
y respire en mi nuca
su suave indiferencia.
Que vivir sea esto,
sin palabras de aguja
ni rodillas de llanto,
con el tiempo desnudo al borde de la cama
y mi boca dormida en su tímido beso.
Autora: Ana Merino. De «Los días gemelos» 1997.
Categorías:Poesía
Bellísimo poema. Vivir asi, en casa, en paz. Gracias
precioso. Me encantan las rodillas de llanto.
Los sentidos se mezclan y una se queda sumergida «en los pliegues de las horas», en paz, fuera del tiempo. Muy bello. Gracias por darme a conocer a Ana Merino.
Un cordial saludo.