In Memoriam: Francisco Ayala.

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El escritor granadino Francisco Ayala ha fallecido hoy en Madrid a la edad de 103 años tras «un debilitamiento» de sus facultades físicas, que se había ido acentuando en las últimas semanas, informó el presidente de la Fundación Ayala, Rafael Juárez.

El escritor, que el pasado 16 de marzo cumplió 103 años, «gozaba de relativa buena salud» hasta que el pasado mes de agosto se vio afectado por una bronquitis de la que tardó en recuperarse. En cuanto se ha conocido la noticia, la página que el escritor centenario tenía en Facebook se ha llenado de mensajes de condolencia.

A lo largo de su carrera literaria, Francisco Ayala se erigió como uno de los escritores más importantes en lengua hispana, cosechando numerosas menciones por la calidad semántica y formal de sus escritos como demuestran el Premio de la Crítica en 1972, el Premio Nacional de Narrativa en 1983, el Premio de las Letras Españolas y andaluzas en 1988 y 1990 respectivamente. Además, Ayala también se alzó con los dos galardones más importantes del ámbito cultural español, como el caso del Premio Cervantes en 1991 por su labor como escritor y el Premio Príncipe de Asturias por la relevancia de su figura en la esfera cultural. Doctor Honoris Causa por las universidades de Complutense y Carlos III de Madrid, y por las de Sevilla y Granada, Ayala era miembro también de la Real Academia Española desde 1984.

«Yo he escrito desde siempre; claro, primero serían pavadas, tonterías, pero siempre estuve escribiendo. El sentido de mi vida está en la literatura, esa es la verdad y creo que la literatura es la verdadera realidad. A la vejez última he descubierto que eso de literatura y realidad es una falsa contraposición, la realidad es la literatura. La realidad real, no es real, no existe.»

Con motivo de su centenario en 2006, vio reeditadas algunas de sus obras y publicadas dos antologías, una de sus mejores textos, hecha por su mujer, la hispanista Carolyn Richmond, y otra sobre su faceta de sociólogo.

Francisco Ayala nació en Granada en 1906. Se traslado a Madrid para iniciar estudios universitarios, licenciándose en derecho en 1929 por la Universidad Complutense de Madrid. Además se trasladó a Alemania para estudiar Filosofía Política y Sociología; prosiguiendo su carrera curricular en la universidad al doctorarse también en Sociología, disciplina de la que ejercería como Catedrático en la Universidad Complutense desde 1932 hasta el inicio de la Guerra Civil española.

«Casi desde que nací tuve conciencia de la muerte, esa fatalidad que tarde o temprano a todos nos afecta. Hay que aceptarla, guste o no guste. A veces he podido entender a los que se suicidan. Incluso les he podido respetar. Pero yo he aguantado todo lo que tenía que aguantar. Y no ha sido poco»

Ya durante su etapa universitaria comenzó a desarrollar su expresión literaria. Aunque si bien sus primeras novelas, Historia de un amanecer (1926) y Medusa artificial (1927), están influenciadas por el realismo, son la vanguardias artísticas de principios de siglo las que condicionan las pautas de su literatura. El boxeador y el ángel (1929), Cazador en el alba y Medusa Artificial. (1930).

FRANCISCO AYALA

Sin embargo, con el final de la Guerra civil española, Ayala se ve forzado a vivir en el exilio. Residió en Buenos Aires impartiendo clases de Sociología en la Universidad de La Plata de 1939 a 1950, y fundó la revista literaria Realidad. Ayala estuvo ligado a la Universidad y la docencia hasta 1977, fecha en la que se jubilaría de la carrera académica.

Luego se trasladó a Puerto Rico, donde fundó la conocida revista La Torre. Nueva York y Chicago serían sus destinos en EE.UU, para regresar a España definitivamente en 1980, si bien, desde 1960 había acudido esporádicamente a España cuando aún estaba vigente el régimen fraquista.

Ya en España, Ayala ingresó en la Real Adamedia Española de la lengua en 1984 con el discurso ‘La retórica del periodismo’. Posteriormente se casó en 1999 con la hispanista Carolyn Richmond con la que mantenía una relación desde hacía años.

Entre sus títulos más destacados, se encuentran, «La cabeza del cordero» (1949), «Los usurpadores» (1949), «Historia de macacos» (1954), «Muertes de perro» (1958), «El fondo del vaso» (1962) «El as de bastos» (1963), «De este mundo al otro» (1963), «El rapto» (1965), «El jardín de las delicias» (1971), «El inquisidor» (1972), «El tiempo y yo»; «El jardín de las delicias» (1978), «De raptos, violaciones, macacos y demás inconvenencias» (1982), «De mis pasos en la tierra» (1996), «Cazador en el alba» (2002) y «Recuerdos y Olvidos», siendo esta última una obra autobiográfica.

«No, no creo en la inmortalidad, ojalá. Creo en la literatura, que es lo mismo que la vida para mí. Viviré algo más en mis libros, durante algún tiempo, y ya está. Ésa es toda la inmortalidad a la que aspiro.»

También abordó otros géneros como el ensayo, donde abordó cuestiones de sociología, como demuestran títulos como «Tratado de sociología» (1947 y 1959), «Introducción a las ciencias sociales» (1952). El escritor en la sociedad de masas (1956). Tampoco renunció a la profundicación sobre la actividad literaria como, «Reflexiones sobre la estructura narrativa» (1970), «Cervantes y Quevedo» (1974) o «El escritor en su siglo» (1990), «Palabras y letras» (1983), «La invención del Quijote«.

Durante su singladura literaria, Ayala se fijó y reflexionó sobre otras disciplinas artísticas, en concreto, sobre la influencia del cine y su condición de arte masivo, así como en las pautas formales y en las figuras de directores e interpretes. De este compendio de escritos destacan «Indagación del cinema» (1929) o «El cine, arte y espectáculo» (1969).

El mes pasado, la Revista de Occidente publicó nueve cartas inéditas del novelista a la escritora argentina Victoria Ocampo, en las que se refleja la buena amistad entre ambos autores. Estaba casado con la catedrática de la Universidad de Nueva York Caroline Richmond, experta en su obra, y tenía una hija.

«He escrito demasiado porque he vivido demasiado, y además lo he hecho intensamente», dijo el día que presentó sus obras completas. Fue hace dos años. Tenía más de un siglo. Parecía inmortal.

«Soy un cómico que lleva años esperando a que se baje el telón, pero no termina de bajarse»

Fundación Francisco Ayala.
Bibliografía e índice de títulos (PDF)

Ayala 1906-2009 – Especial en el mundo.es



Categorías:In Memoriam, Obituarios

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